"Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar".

Charles Baudelaire

14.5.08

Primera parte de Selena y el Observador.

Con débil claridad veo a lo lejos entre los arboles, la sombra de un desnudo que poza al otro lado de la rivera. La sombra se interna en mis ojos, los cuales profanan con asombro la imagen divina de aquella mujer. La observo con mirada pasiva capturando cada detalle, en espera de que las pasiones me consuman.

El movimiento delicado del viento mese sus manos arrastrándolas entre su cuerpo esbelto, donde el tacto las involucra a crear y a sentir las etapas ocultas del placer. Ella caminó escasos pasos hacia la orilla de la rivera, y disolvió sus pies pequeños entre las sabanas transparentes que forma la corriente humectando con ese ácido débil su tersa piel.

Mis ojos confundidos caen en la ilusión que forma su físico, el cual fermenta un sueño geométrico de esa femenina. Ella desató en mí una reacción tempestuosa que libero mis temores mas ocultos; mientras yo segui resguardado entre los ramas y arbustos que forman un punto sagrado, donde percibo cada movimiento sigiloso de ella. Mis estados mentales agonizan de encanto ante esa estructura desnuda y desconocida. Quedé hipnotizado ante los acabados de su cuerpo descritos por mi vista, que sin brújula naufraga de placer al estar de frente con mi primer desnudo en siete décadas de existencia.

Ante tal evento mi espíritu daba paso a la detonación de sensaciones que ascendían erosionando cada vez mas mi antiguo cuerpo; que en ese momento se esfuerza para liberar los residuos de alguna excitacion reprimida en él. El tiempo se filtra velozmente mientras yo, preferí seguir ausente ante ella hurtando indignamente su intimidad desde la distancia.

Le seguí los pasos que descalzos amasaban el césped, y arraigué uno de sus movimientos en el cual desvanece sus dos manos entre la corteza acuática, acumulando el liquido para después desbordarlo entre su rostro que lo bebe, esparciendo el resto que circula en todos los sentidos de su piel, recorriendo sus senos cautivos y su vientre mítico.

CONTINUARA...
jj.solana

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