"Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar".

Charles Baudelaire

24.2.09

ALICE

El amanecer en tus labios
sonámbulos
como dos espejos
como dos desnudos en el reflejo
entre la sombra rojiza del tinte
se pierden los pasos
en la extesa humedad
a lo lejos
se descubre y humecta el movimiento
el corte intimo del aliento
entre luces tenues y suavidad intensa
las vocales exilian de tus labios
tu voz de infinita belleza
que deambula y se conjuga
entre las curvas de tu boca esclava
donde se esbozan y se depuran
tu sonrisa
tu oratoria como la brisa
latente como el tacto
bélico como del deseo abstracto
como la mímica del beso y del amanecer.

Olga

Olga desciende del paraíso en completa desnudez, llega al purgatorio que es decorado por una multitud de espejos de grandes dimensiones, sus pasos temerosos la trasladan frente a los espejos que forman una circunferencia, ahí, por primera vez observa con detenimiento su cuerpo: formado por adolecentes elipses, lineas y formas geométricas que le detallan su desnudo con exactitud.

La luz se refracta entre la profundidad de sus ojos, admirando su piel que es decorada de colores, y texturas sublimes hasta formar su extereor y los estados mas intimos de su cuerpo. Su mirada circula sin gravedad en el espejo: hayando sus senos inmaduros, su sexo , y sus caderas en pleno ascenso.

Su tacto delinea todo su cuerpo; con lentos movimientos que descubren su lenguaje corporal, y el exilio mistico del bello.

Los gestos de Olga esbozan un conjunto de sensaciones que la trasladan al infierno; donde descubre el nacimiento del placer; al profanar la tranquilidad de su clítoris.

Ecos, después todo se filtra en el silencio, en el cuerpo de Olga inicia la reencarnación de la mujer.




16.2.09

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FRANCIS BACON




15.2.09

Excomunión

El sacerdote espera sentado, acerca el lado izquierdo de su rostro entre la malla delgada que permite escuchar con atención la confesión ligada al aliento desesperado del penitente.

Las velas se apagan ante el paso extraño de J... el golpeteo de sus pies desnudos en el piso de mármol liberan un eco permanente en su debil andar, lento y pausado; su expresión corporal detalla un sufrimiento, y su mirada una ausencia. Penetra el confesonario con movimientos firmes e inicia su confesión.

El tiempo se consume en el interior de la iglesia; donde el llanto del sacerdote Ignacio se eleva hasta el campanario espantando a las palomas que dormitan, después todo es silencio, todo lo consume una voz intensa. El cuerpo del sacerdote Ignacio permanece sin vida dentro del confesonario, su cuerpo inerte yace recargado sobre diminuto espacio; el cual permite ver y admirar su ultima expresión; detallada por la espesa luz que penetra por los vitrales laterales de la iglesia. Su cuerpo robusto e inmóvil es detenido por la delgada barrera de madera que marca la división del confesonario.

La sangre discurre del rostro, manos y cuerpo del penitente; humectando el interior y el exterior con un opaco, espeso y aromático movimiento de la sangre. El cuerpo del sacerdote es cubierto por: su Amito, su casulla y su cíngulo donde con rapidez sus ademanes nerviosos y el latir intenso de su corazón permanecen ocultos y controlados por esa voz que perturbó su existencia.

El penitente espera dentro del confesonario, continua su confesión en arameo sin pausa y con acentos solidos que dan identidad a sus palabras; que generan graves vocales que retumban en la superficie de la iglesia.

En la parte frontal se observan: el altar donde permanece una cruz de madera vacía, al ambón y la sede que componen la atmosfera litúrgica.

El olor del incienso se diluye con el de las flores que adornan el altar.

La voz se acalla y la velas comienzan a brotar sus minúsculas luces candentes en todos los pasillos. Las sombras se detallan, a lo lejos se distingue el cuerpo erguido y herido de J... que se aproxima al altar; donde observa con profundidad sus manos y pies perforados, penetra unos instantes en la reflexión, después, eleva su vista hacia la cruz de madera, la recorre, solloza depositando los clavos en la Mesa del banquete eucarístico, despues se aproxima hacia el confesonario, observa al sacerdote y le intruduce la corona espinandole la frente, se libera por momentos,e inicia la partida restaurando por intantes su cuerpo con un alma desechable, y con una libertad con fecha de caducidad.

La fe deambula hasta perderse.





9.2.09

CLIC PARA DESCARGAR DOSTOIEVSKI POR: ANDRE GIDE

Dostoievski, el único que me ha enseñado algo de psicología... Su descubrimiento ha sido para mí más importante aun que el de Stendhal.





5.2.09

QUIETUD

Mi tacto
respira tu piel
encubándola
en una atmósfera de sueños
que emergen
diseñando tu desnudo.


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OCTAVIO PAZ



4.2.09

El destino es una fotografia a punto de revelarse. JJ.Solana




2.2.09

CARTA ENCONTRADA


MADRID 3O/06/1879

A: HELENA RIOJA



Estos versos que redacto con intensidad, son obra de mi noble espiritu; que deserta de mi cuerpo para sobrevivir al dolor; originado por tu partida.

Amada Helana: en cada momento pienso en ti. Todos las noches me despierto agitado, envuelto de tristeza y felicidad que se conjugan y se extienden en todo mi ser; al escuchar tu canto que constantemente discurre con delicadas notas en mis oídos; matizando con prematuros diálogos el gesto de mi soledad. En cada instante te venero, mas, cuando la noche se presenta y mi alma reposa frente a tu imagen desvelándose; esperando tu regreso. Siento el fresco cuerpo de tu aliento perpetuo e inmortal que me retiene en el abismo de tu desnudo, donde pozas en el fondo del infinito, cubierta de ademanes que recorren mi cuerpo, incitándome a la locura; que humecta de placer, de dolor, todas las pasiones que habitan en mí, las cuales esclavizan la integridad de mi espíritu.

Sigo detallando mis deseos en esta fiel cuartilla;donde plasmo con sobriedad mis pasiones que se desprenden de mi pulso y de mi corazón. Te sigo, acaricio tu sombra que se filtra entre mis sueños, entre mis ojos erosionados por el llanto, por tu despedida, donde se retratan los signos bélicos de tu cuerpo, de tu sonrisa que se detalla entre luces de tenues colores que emergen del amanecer; ahí, todo se devela, hasta tu libre silueta que avanza con pasos lentos, abandonando las huellas fósiles de tus pies desnudos; que se expanden en el camino, y en mi memoria. El tiempo se desgasta sin tu presencia, mientras mi dolor se nutre con mis recuerdos.
Encontrémonos amada mía y dejemos que nuestros cuerpos se confiesen, que nuestras miradas se sostengan en nuestras mas bellas expresiones.

El tiempo separa nuestros cuerpos, separa a mi alma que desesperada deambula cada noche en mi interior; esperando que el amanecer aparezca frente el ventanal, para poder ver tu desnudo perdido, y tu ágil andar que se esboza entre el viento; que con fino tacto inicia un vals en mi imaginación; descubriendo el perfil de tus caderas, de tus senos tímidos que susurran en la atmosfera desvelada del amanecer. Recuerdo y siento a diario la textura de tus labios que sellaron con profundos sueños mi ser; embestido por tu hermosura y por tus ojos cristalinos, de colores primarios que me observaban con precisión, con gestos geométricos y perfectos de tu boca que brillaba cuando los rayos solares la descubrían. Yo existo entre tus aromas, y alientos que hacen danzar mi corazón que se arrastra ante tu estructura femenina; donde se profana la mímica del amor y del pasado.

Te veo flotando entre mis pupilas sonámbulas; que detallan con alevosía los relieves de tu exterior; donde existo, donde dejo de existir por tu permanente imagen donde me pierdo; diluyendo mi cuerpo en silencio hacia tus palabras inmóviles que dormitan en mi conciencia. Pozas sonámbula entre mi imaginacion que naufraga por tu ausencia, entre mis pensamientos que arrastran a mi espíritu al exilio; donde la frontera de tu piel se exhibe ante mi tacto que delira, que guía, que se autodestruye ante tu retrato que se diluye en mi llanto. Recuerdo tus manos límpidas y acosadoras, y a las auras que libertinas jugaban entre nuestros desnudos con premeditación. Te deseo, te extraño; esta ausencia tortura mi existencia y asfixia mi espíritu débil, mi cuerpo se desgasta al escribirte esta líneas y mi alma abandona la estructura de mi cuerpo en busca de tu resurrección. Espero encontrarte pronto, no en esta vida, ni en otra, solo deseo encontrarte en un sueño, en el mismo sueño donde nos amamos y fuimos felices.

Me despido, tu imagen perdura en mi mente, como la tinta que escasea en la cuartilla hasta cicatrizarla de versos. He terminado de escribirte, he terminado de existir.

P.D Libres hasta despues de morir.


JJ.SOLANA

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