"Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar".

Charles Baudelaire

20.7.08

Sobrevivencia del Pensamiento



Observo entre la profundidad de un espejo, el sigiloso paso de la destrucción que embosca el cuerpo y el alma humana.

En el vacío nos consumimos, acompañados por la ausencia de la libertad. Reprimidos por una imagen y semejanza in-humana, que nos envía puntualmente hacia el delirio.

Todos envueltos en una unidad de sombras monstruosas, góticos retratos semi-desnudos se pasean mordiendo el aire en busca de una migaja de pan, de un sabor que les permita volver a existir. Todos se rodean y miran con horror las mutaciones del hambre en sus cuerpos lesionados por la desnutrición, ellos tienen que fermentar intensas dosis de dolor, hasta rendirse y sumergirse por la debilidad en un corto sueño.

Las miradas con expresiones miserables deambulan en todos los sentidos, permitiendo ver con asombro y espanto, como la vasta estructura ósea desplaza bélicamente los restos de la piel, que yace tapizando escasos espacios que sobresalen de los hambrientos cuerpos

"El hambre desaparece al cerrar los ojos".

Cada uno se auto-confiesa con el sufrimiento, todos envueltos en un mismo antifaz, donde se procesan los ecos en un coro de espíritus esclavos, con voces débiles y nostálgicas que se arrastran de sus bocas incoloras, secas y sin aliento para su liberación
Mi vista cansada se ausenta por largo tiempo entre un desfile de cuerpos esqueléticos amontonados y, erosionados por el hambre. La descomposición física y espiritual en algunos cuerpos se inicia, algunos sobrevivían por horas o días comiendo madera, uñas, insectos y los mas desesperados mutilaban parte de algún miembro o recortaban trozos de piel de los cadáveres para tragarlos sin masticar, así trataban de anestesiar un poco el dolor. Vi, la expresión nítida de los rostros de aquellos cadáveres, y note que sufrían aun después de muertos.

La respiración sin ritmo quema los pulmones por los olores fétidos que se expanden en la atmosfera. Todo se filtra antes del ultimo suspiro, todo queda en blanco, la masa desaparece, mientras miles de larvas pequeñas se reproducen y comienzan a masticar mecánicamente los órganos internos de algunos cadáveres, dejando los esqueletos pulidos, que formaran mas tarde el diseño final de la arquitectura inmensa del hambre.

El hambre inquilina funda sus monstruosas colonias en el cuerpo, entre los desnudos largas sombras dibujan el mural de la agonía,

¡Oh!, mensajera que hurtas los frutos
que se pudren en nuestra boca. JJ.Solana

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