"Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar".

Charles Baudelaire

13.10.08

SEXILIO


Algún día se enterarían de quién era el que movía el espejo, el cual reflejaba los cuerpos desnudos de Adán y Eva en movimiento, dejando ver la madurez nítida en los desnudos y sus necesidades.

Internos en las caricias, en las miradas, descubriendo los elementos que componen las etapas del deseo. Los dos físicos se dejan arrastrar por el instinto bélico; esa sombra que dormita en sus cuerpos, dominándoles con sutileza hasta desprenderlos lentamente del control y del juramento divino.


Todo emerge de la constante restauración de los sexos, de la clausura inminente del pensamiento, del acoso arduo de las manos y de las miradas atrapadas en la epidermis prófuga que transpira desconocidos aromas, detonando el curso abstracto en la imaginación corporal.

Sus desnudos se encarnan entre sí por la alevosía del tacto, que maquina distintas posiciones que les permiten gozar y multiplicar las sensaciones mas intimas del cuerpo, hasta llegar a descubrir y hacer contacto con el fruto prohibido "el sexo oral", donde encontraran las diversas mutaciones del alma, que yace en espera de su liberación.

La pasión continua su curso, los ecos de Adán y Eva se dispersan al descubrir por primera vez las sensaciones sublimes del coito, que desequilibra sus cuerpos y mentes con extrañas sensaciones, que les permite sentir la efímera e intensa llegada: del orgasmo, del dolor, de la libertad de sus cuerpos, de sus mentes nómadas que son vorazmente conquistadas.


Continuaron por largo tiempo el recorrido misterioso de sus cuerpos hasta ser interrumpidos, y expulsados del paraíso por haber encontrado la sensación prohibida "EL AMOR”.



"SOLO DEJEMOS DE SENTIR LAS PROHIBICIONES, PARA SER LIBRES". JJ.Solana



LA RAZA DE MODIGLIANI

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