"Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar".

Charles Baudelaire

10.9.07

LIGADO AL FINAL

En un universo distante. Dos cuerpos transportados por sus almas se liberan del sacrificio del amor. LLegan a un campo extenso, donde las estelas habitan. El cuerpo femenino muestra su inmensa desnudes, cultivada en una galaxia erótica. En su atmósfera transporta el cuerpo masculino, un planeta abstracto, y diminuto.

La dimensión del amor. Un planeta de ilusiones se crea en el infinito.
Los cuerpos descienden de sus almas agitadas, y se dirigen hacia la estrella del placer. Se liberan, desnudos se unen hasta llegar al sueño de las sensaciones. Escapan del transito corporal, rescatando sus sexos de la inercia, del instinto.

Ascienden rumbo al cosmos del dolor, teñido de espejos, y antifaces, el pasado se retrata mostrando la marginación de las pasiones. Sumergen sus pensamientos hacia el frío metálico de las tentaciones, respiran imágenes impresas en recuerdos íntimos, de risas del interior enfermo. Los colores brillantes del pasado cegan, picudos perforan, y extraen los pensamientos líquidos que se engendran en la mirada. Todo es causa, y reacción en el cuerpo frágil, las heridas crecen en el físico, y la conciencia deja cicatrices en la moral, el dolor matemático busca la perfección. El contacto muestras las capas débiles de la energía, donde la abundancia de espíritus estériles, llegan a crucificarse en los cuerpos agonizantes.

El dolor es un delicado fantasma que nos aprecia.
El camino nos indica, un destino.

LLegamos al meteoro donde la muerte fornica las formas divinas. Ese paraíso desconocido, y temido por los vivos. Rocoso llano de encuentros, jardines de almas sonámbulas, y de lunas transparentes. La atracción de su belleza magnética nos sedujo a caminar una circunferencia oscura, donde las puertas se cubrían de arrepentidos esqueletos del pensamiento. suicidas todos penetraban la sabia del temor. Miles de puertas cerradas envejecían, con voces, encarnadas de fe. En las puertas se traslucían rejas de agua, que nos permitían ver los ángeles condenados sin rostros, con sexos. Bellos jardines negros en el interior, semejaban cementerios flotantes. Caminamos hasta perder el cuerpo por el cansancio. Al topar con un muro trasparente, nos detuvimos para apreciar el dialogo del mal, con el bien. Los dos tenían aspecto femenino. Quedamos en un letargo por unos instantes. Justo frente al muro, en el suelo de cristal, se reflejaban ríos de cuerpos en sufrimiento. En las alturas un eco se libera, debíamos regresar a la circunferencia, portando la llave que abre las cadenas de la vida. la frontera se forma en el camino. Seguimos el aliento de la intuición, eliminando las puertas del sueño. Seguimos acompañados por la desesperación, con poco oxigeno en la sombra, resistimos. La puerta tenia que ser abierta antes de que la muerte despertara, y nos condenara al abismo del reflejo. El equilibrio de la muerte se unía lentamente en nuestros movimientos. La llave tomaba vida, y nosotros continuamos esperando, que algún día la puerta se abra, y conozcamos el final de este encuentro. jj.solana

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