"Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar".

Charles Baudelaire

5.6.08

Reflección del sueño

Cierra los ojos, y camina apresuradamente entre mi sueño precoz y psicótico; allí me encuentro esperándote, perdido entre un pasado indecente, incestuoso, y erótico.

Camina en la gravedad de mi ilusión que transita ebria y desnuda, piérdete entre la vestimenta olorosa de mi débil conciencia, e inconsciencia, imagina el sabor de la imagen de la virginidad.

Aquí está, contaminando de hormonas mi humanidad, cerca de mi, su cuerpo se descompone en formas y posiciones que son absorbidas por mis ojos sonámbulos, su existencia desnuda invade el espacio intimo de mi contemplación, ella penetra la textura del sueño, y da estructura al placer que se fermenta en mi cama invalida por los aromas arraigados de sueños femeninos. La humedad sabia, e inexperta se esparce lubricando los cuerpos mudos.

Su figura abstracta encarna y arrastra los pliegues hermosos de su ser, que sin geometría viven en su desnudo monstruoso creado por la belleza, su rostro imponente forma un antiguo antifaz de mujer intensa, todo se desplaza en su cuerpo, donde la tortura existe intensamente por los estados mentales del erotismo.

Está libre en la plataforma de su piel inerte, indefensa, ella poza frente a mi vista ácida, que recorre cada hectárea de su superficie física, este sentido visual conquista y vierte sigilosamente las babas abundantes del instinto, que desespera en el molde místico del tacto.

La estructura longeva de la belleza se inserta en su atmósfera corporal, la fecunda, y hace brotar raíces aromáticas de su sexo desvelado; ese diseño que resucita a los mortales.

Su quietud esculpe la sombra femenina que en ella habita, su exterior es congestionado por los detalles asfixiantes de sus gestos. Hierven sus colores arrogantes entre mis manos, que nerviosas hieren su extensión. La extracción gaseosa de su aliento se pierde entre la transparencia de la luz, que permite ver la radiografía mortal de su orgasmo epiléptico.

Ella actúa en su interior y exhala sus quejidos que brotan de sus labios náufragos por el placer. Su desnudo crucificado por los besos deshidratados, invaden de huellas impuras su textura humana, que yace absorta en la nausea erótica del sueño.

El movimiento del tiempo espera afligido ver un reflejo sonámbulo de su vientre, que retrate las mímica del placer.

A mi lado el desnudo agoniza, entre la erección inmadura, viene el gozo, ella duerme, la poseo y exilio sus ecos en la columna vertebral que sostiene el alma hambrienta.

Despierto entre la humedad, el pensamiento y el cuerpo se baten entre las sabanas que emigran un aroma eterno, un perfume hurtado por el sueño, donde los cuerpo fingen la tragedia del coito. jj.solana

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Quiera el cielo que el lector, animoso y momentáneamente tan feroz como lo que lee, encuentre sin desorientarse su camino abrupto y salvaje a través de las ciénagas desoladas de estas páginas sombrías y rebosantes de veneno; pues, a no ser que aplique a su lectura una lógica rigurosa y una tensión espiritual equivalente por lo menos a su desconfianza, las emanaciones mortíferas de este libro impregnarán su alma, igual que el agua impregna el azúcar.

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