El cañón frío de la pistola toca mi sien. Alguien irrumpe, sé quien es el que golpea la puerta con insistencia, perturbado me acerco a la ventana situada a un lado de la puerta, y al retirar con sigilo la cortina: la observo temeroso, es el esbozo monstruoso de mi conciencia; que regresa después de una larga ausencia, la llave de la puerta cae de mi mano derecha, reflexiono unos instantes para despues elevar mi mano izquierda y jalar del gatillo. Un cuerpo cae después del disparo, mientras el silencio lo consume todo. JJ.Solana
1.1.10
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