Un alma agonizante y solitaria, deambula aún dentro del cadáver de su amo, busca un lugar para morir, en esa búsqueda nota una luz débil que se introduce por los ojos abiertos del cadáver, se aproxima con cautela por los pasillos sombríos y fríos, hasta llegar bajo los ojos y consolarse al admirar el azul del cielo matutino acariciado por cientos de nubes blanquecinas y por una parvada de aves migrando, el alma encantada de asienta bajo ese paisaje, esperando que alguien cierre los parpados al cadáver y morir para poder forjar los recuerdos de aquel último momento donde los colores, formas y movimientos crearon la belleza de la vida. JJ.Solana
31.1.12
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1 comentario:
Tardas!!
Pero cuando retornas...es con todo el viento de la inspiración!!!
Precioso!!!
BESOS VAN!
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