Siempre se escuchan las voces, emergen del interior con un tono rígido, con un lenguaje ordenado, aterrador. Armonía de la vibración que discurre en la atmosfera, en los sueños silenciosos donde entra el canto, la sinfonía del temor, de la noche inquieta en su escenario más agitado. Todo culmina en un silencio, en la romántica enfermedad del pensamiento, del alma rebelde, del corazón enfermo. Todo se transforma en voz, en discurso confuso que une los sentidos con lo extravagante del sufrimiento. La enfermedad disfruta las notas, los cauces de la música que despierta de la agonía al corazón que mese la forma del cuerpo interno entre telas, entre sus propios males. Se sumerge el oído en la confesión del inconsciente, en el lenguaje árido del destino acompañado por la música, por la voz enferma que acosa, y desecha sus consejos en silenciosa muerte, encantada, sonriente el rostro que deja de temer.
1.11.18
FICCION Siempre se escuchan las voces, emergen del interior con un tono rígido, con un lenguaje ordenado, aterrador. Armonía de la vibración que discurre en la atmosfera, en los sueños silenciosos donde entra el canto, la sinfonía del temor, de la noche inquieta en su escenario más agitado. Todo culmina en un silencio, en la romántica enfermedad del pensamiento, del alma rebelde, del corazón enfermo. Todo se transforma en voz, en discurso confuso que une los sentidos con lo extravagante del sufrimiento. La enfermedad disfruta las notas, los cauces de la música que despierta de la agonía al corazón que mese la forma del cuerpo interno entre telas, entre sus propios males. Se sumerge el oído en la confesión del inconsciente, en el lenguaje árido del destino acompañado por la música, por la voz enferma que acosa, y desecha sus consejos en silenciosa muerte, encantada, sonriente el rostro que deja de temer.
Publié par
JORGE SOLANA AGUIRRE
à l'adresse
8:55 a.m.
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