Tus manos epilépticas
traspasan mi ropa interior,
se detienen en mi vientre,
entre los bellos se esconden
respiran, sueñan,
inmóviles existen,
ellas maquinan la recepción
efímera del instinto.
Los cuerpos se acosan.
El suicido del deseo se engendra
latente, inconsciente,
dormita en las neuronas
donde se despiertan los reflejos,
donde las sombras desnudas
descubren un sexo ausente. jj.solana
26.3.08
DUDA
Publié par
JORGE SOLANA AGUIRRE
à l'adresse
3:53 p.m.
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