Tu piel invernal de monstruosa sombra; cubre mi tacto, lo asfixia entre la textura abstracta de tu desnudo, sin el maquillaje, sin el reflejo que restaure falsamente las heridas que escurren silenciosas, con ecos indigentes que se pierden en el interior; donde se expanden como nubes esbeltas decorando la altitud, hasta evaporar las almas en una misma piel, en un mismo sueño.
Tu piel, cae con el otoño, entre mis manos, entre mis sueños discurre tu silueta anónima, orillando a mi alma a la esclavitud. Corre el viento, desesperado corta con delicadeza las ultimas hojas, y los besos apresados entre las ramas inmaduras que figuran y construyen tu vientre inquieto, como un enjambre de hambres que saquean las mieles de la colmena.
Tu piel, precoz primavera que eleva sus aromas hacia mi olfato inmigrante; donde se procesan tus senos como dos estelas carnosas que esperan entre la profundidad, la madurez y la expansión de su geometría. Todo se oculta en los latidos y en la voz durmiente que nos arrastra hacia el placer.
Tu piel, verano de huellas candentes que transpiran instintos gitanos; que con alevosía se trasladan sacrificando mi cuerpo que emerge de la oscuridad, restaurando con fina mirada la estructura surrealista del coito. Todo se detiene en el desnudo, mientras las estaciones del amor terminan al compás del anochecer.
23.11.08
Estaciones de la piel
Publié par
JORGE SOLANA AGUIRRE
à l'adresse
1:59 a.m.
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